
Ayer, con profundo pesar, vi como se tomaban las tribunas del poder legislativo.
México es oscilante, cual péndulo. México es dual, casi esquizofrenico, entre su pasado indígena, y su legado hispano, altivo en su porte mestizo, inseguro en su propia imagen y fusión de un sin número de razas, cruce de caminos, de la Europa atlántica, y la nao asiática del pacífico, del norte sajón al sur latino.
Pienso que los mexicanos aun no nos comprendemos, buscamos (con mucho éxito) revivir lo que en los libros manipulados de la historia oficial nos achacan por mas de dos siglos: la lucha fratricida entre liberales y conservadores, entre los que claman al pueblo y a la soberanía de nopal y tequila, los autóctonos que se saben diferentes pero aun están encerrados en su miopía de las ideologías caudillescas y revolucionarías; frente a los que anhelan ser parte de occidente, los que quieren ser postmodernos a costa de la riqueza nacional y no se dan cuenta que viven en un lugar surrealista, los que conocen mas lugares del extranjero que a su propio país, los que son menos del 10% de la población nacional, pero que acumulan mas del 40% de la riqueza.
México siempre se me ha hecho dialéctico: la lucha entre el águila que vuela los aires del Anahuac, contra la serpiente que se desliza por los pedregales que dejo el Xitle, el México indígena de cosmovisión milenaria, ausente de occidente y lleno de color y magia, frente al México moderno de rascacielos, cosmopolita, insertado en el itinerario globalizado.
La lucha entre Tezcatlipoca y Quetzalcoatl, la lucha fratricida entre españoles y novohispanos, la lucha entre los que quieren imponer un modelo capitalista salvaje a costa del estado social, contra los que quieren imponer un estado totalitario fascista bajo las premisas del populismo y la izquierda retrógrada.
Hoy se ha polarizado tanto la sociedad mexicana, que los puentes del diálogo y la convivencia los hemos ido tirando uno a uno, no hay autoridad moral que guíe a la patria, no hay un sector o algún actor social que levante la voz y clame a la unidad, pues en esta sociedad en que vivimos la corrupción a todos los niveles, la politización de todas las agendas y los privilegios de ciertos grupos de ambos bandos, impiden concentrarnos en lo que en verdad importa: una Patria generosa, que cobije a todos los 106 millones de mexicanos.
Hoy México, tiene mas de 53 millones de pobres, de los cuales mas de 20 millones viven en pobreza extrema, tenemos mas de 12 millones de indígenas que han sido excluidos del debate y proyecto nacional, tenemos mas de 3000 años de historia y de cultura de la cual no hemos aprendido ni valorado, tenemos cerca de MEDIO MILLÓN de compatriotas que cada año arriesgan la vida cruzando legal o ilegalmente a los Estados Unidos, tenemos mas de 30 millones de personas de origen mexicano fuera de la Patria por que aquí, no hay oportunidades de desarrollo en paz y armonía. Un norte desértico e industrial, con crecimiento económico y un sur verde, rico en recursos naturales pero pobre en su comunidades., con tradiciones y culturas milenarias.
Hoy los actores políticos solo muestran su insaciable sed de poder a costa del sueño colectivo llamado México que tanto nos ha costado forjar.
El Estado (bajo la idea del contrato social) nace para crear las condiciones de seguridad pública de seguridad social, y de educación gratuita de calidad. Ninguna de las tres existe en México, los mexicanos privilegiados hacen frente a estas carencias gastando en seguridad privada o elementos de protección del patrimonio, gastamos grandes sumas en seguros de gastos médicos privados o asistiendo a médicos y hospitales privados, y nos mandaron o mandamos a nuestros hijos a escuelas privadas por que salir de escuela pública no da certidumbres de oportunidades laborales bien remuneradas, hipotecando el patrimonio de la familia por las altísimas colegiaturas. Y para mas de 70 millones de mexicano que no pueden darse esos lujos, quedan desprotegidos en una sociedad mas deshumanizada y agresiva.
Ayer, se tomaron las tribunas de la cámara de diputados y de senadores, fue un GOLPE DE ESTADO; y lo hicieron los que llaman a un "debate nacional" pero clausuran la máxima tribuna de la nación cerrando de facto la posibilidad del dialogo, y enfrente tenemos a una minoría de ilustrados postmodernos que ahora tienen el poder y que no escuchan pues su soberbia y ego, los encapsula de la realidad que vivimos los de a pie, los que somos espectadores del este gran circo, donde son deprimentes las payasadas que hacen a diario.
Divide y vencerás, dice el viejo adagio, ahora que estamos tan divididos, la pregunta es ¿quién esta venciendo y lucrando de este momento de tanta oscuridad y desventura?
Cómo diría mi gran amigo Salmón: Hay unos que soñamos, mientras los demás duermen.
México es oscilante, cual péndulo. México es dual, casi esquizofrenico, entre su pasado indígena, y su legado hispano, altivo en su porte mestizo, inseguro en su propia imagen y fusión de un sin número de razas, cruce de caminos, de la Europa atlántica, y la nao asiática del pacífico, del norte sajón al sur latino.
Pienso que los mexicanos aun no nos comprendemos, buscamos (con mucho éxito) revivir lo que en los libros manipulados de la historia oficial nos achacan por mas de dos siglos: la lucha fratricida entre liberales y conservadores, entre los que claman al pueblo y a la soberanía de nopal y tequila, los autóctonos que se saben diferentes pero aun están encerrados en su miopía de las ideologías caudillescas y revolucionarías; frente a los que anhelan ser parte de occidente, los que quieren ser postmodernos a costa de la riqueza nacional y no se dan cuenta que viven en un lugar surrealista, los que conocen mas lugares del extranjero que a su propio país, los que son menos del 10% de la población nacional, pero que acumulan mas del 40% de la riqueza.
México siempre se me ha hecho dialéctico: la lucha entre el águila que vuela los aires del Anahuac, contra la serpiente que se desliza por los pedregales que dejo el Xitle, el México indígena de cosmovisión milenaria, ausente de occidente y lleno de color y magia, frente al México moderno de rascacielos, cosmopolita, insertado en el itinerario globalizado.
La lucha entre Tezcatlipoca y Quetzalcoatl, la lucha fratricida entre españoles y novohispanos, la lucha entre los que quieren imponer un modelo capitalista salvaje a costa del estado social, contra los que quieren imponer un estado totalitario fascista bajo las premisas del populismo y la izquierda retrógrada.
Hoy se ha polarizado tanto la sociedad mexicana, que los puentes del diálogo y la convivencia los hemos ido tirando uno a uno, no hay autoridad moral que guíe a la patria, no hay un sector o algún actor social que levante la voz y clame a la unidad, pues en esta sociedad en que vivimos la corrupción a todos los niveles, la politización de todas las agendas y los privilegios de ciertos grupos de ambos bandos, impiden concentrarnos en lo que en verdad importa: una Patria generosa, que cobije a todos los 106 millones de mexicanos.
Hoy México, tiene mas de 53 millones de pobres, de los cuales mas de 20 millones viven en pobreza extrema, tenemos mas de 12 millones de indígenas que han sido excluidos del debate y proyecto nacional, tenemos mas de 3000 años de historia y de cultura de la cual no hemos aprendido ni valorado, tenemos cerca de MEDIO MILLÓN de compatriotas que cada año arriesgan la vida cruzando legal o ilegalmente a los Estados Unidos, tenemos mas de 30 millones de personas de origen mexicano fuera de la Patria por que aquí, no hay oportunidades de desarrollo en paz y armonía. Un norte desértico e industrial, con crecimiento económico y un sur verde, rico en recursos naturales pero pobre en su comunidades., con tradiciones y culturas milenarias.
Hoy los actores políticos solo muestran su insaciable sed de poder a costa del sueño colectivo llamado México que tanto nos ha costado forjar.
El Estado (bajo la idea del contrato social) nace para crear las condiciones de seguridad pública de seguridad social, y de educación gratuita de calidad. Ninguna de las tres existe en México, los mexicanos privilegiados hacen frente a estas carencias gastando en seguridad privada o elementos de protección del patrimonio, gastamos grandes sumas en seguros de gastos médicos privados o asistiendo a médicos y hospitales privados, y nos mandaron o mandamos a nuestros hijos a escuelas privadas por que salir de escuela pública no da certidumbres de oportunidades laborales bien remuneradas, hipotecando el patrimonio de la familia por las altísimas colegiaturas. Y para mas de 70 millones de mexicano que no pueden darse esos lujos, quedan desprotegidos en una sociedad mas deshumanizada y agresiva.
Ayer, se tomaron las tribunas de la cámara de diputados y de senadores, fue un GOLPE DE ESTADO; y lo hicieron los que llaman a un "debate nacional" pero clausuran la máxima tribuna de la nación cerrando de facto la posibilidad del dialogo, y enfrente tenemos a una minoría de ilustrados postmodernos que ahora tienen el poder y que no escuchan pues su soberbia y ego, los encapsula de la realidad que vivimos los de a pie, los que somos espectadores del este gran circo, donde son deprimentes las payasadas que hacen a diario.
Divide y vencerás, dice el viejo adagio, ahora que estamos tan divididos, la pregunta es ¿quién esta venciendo y lucrando de este momento de tanta oscuridad y desventura?
Cómo diría mi gran amigo Salmón: Hay unos que soñamos, mientras los demás duermen.
3 comentarios:
Don Beto:
Hermoso post. Yo no creo que seamos un país dividido o polarizado, creo más bien que hay unos mercenarios de la política que cifran su éxito justamente intentando dividir y polarizar, creando las condiciones para que este país se desangre, se pelee, se crispe. Siguen la máxima de Trotsky: mientras peor, mejor. Porque entonces habrá la necesidad, así lo creen ellos, de un caudillo fuerte, un Mesías que, ante la inoperancia de las instituciones, se presente por encima de éstas para solucionar todos los males del país.
Olé matador. Bien llevada la faena, concuerdo. Creo que pocos son, aunque la urgencia nos apremie y nadie se mueva, los llamados a la unidad.
El problema es ¿dónde encontrar esa unidad?, a qué podemos apegarnos?, ¿quiénes pueden conducirla?...dudo cada vez más de cualquier partido político, y me encuentro con que no hay muchos para una expresión que busque el consenso sobre la diferencia.
Se ha dicho mucho que se requiere la participación de la sociedad civil, pero nadie propone los comos, nadie asegura medios que no traicionen los fines...
Parece una encrucijada, ¿qué camino tomamos mi estimado Betoman?, ¿qué rumbo puede conducirnos a un mejor puerto?...
No tengo las respuestas, pero sé que podremos encontrar algo pues entonces la esperanza no sería tan iluminadora como en los momentos más oscuros de los cuales hablas.
La paciencia y la gradualidad serían principios de cimientos de la esperanza ansiada.
Desafortunadamente México está sufriendo uno de los efectos de la llamada "maldición de los recursos" en la que se ha demostrado que paradojicamente, los países con mayores recursos naturales tienden a tener menos desarrollo que aquellos donde no existen riquezas de este tipo; uno de los efectos de la maldición es la inestabilidad que crea en la clase política quienes literalmente se hacen añicos por un pedazo del pastel, convirtiendo a las instituciones en aparatos ineficientes.
Espero que los pocos resursos petroleros que restan en el territorio puedan ser utilizados con una visión estructural, preparando a México para el día en que no existan botines petroleros. Cuando el petroleo se termine entonces México sí podría caminar ya que no habrá recursos para mantener a toda la bola de zánganos en el congreso, que gusto me va a dar verlos trabajar por una vez en su vida!
saludos
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