
El presupuesto de ingresos de la federación (PEF) depende en un 38% de los ingresos petroleros, la recaudación fiscal es demasiado pobre, y se deben de hacer malvares para que las remesas enviadas por nuestros paisanos que trabajan en los Estados Unidos, y la derrama del turismo acompleten para el gasto corriente de un gobierno obeso, burocrático y lleno de lujos y prevendas para los funcionarios de alto nivel de mando.
Si bien las reservas probadas (mas no las probables) nos dan seguridad de extracción de crudo al mismo ritmo del actual por solo de entre 9 y 11 años más, y considerando lo anacrónico del marco legal en materia energética que mantiene la República (compartimos con Corea del Norte el primer lugar de las legislaciones mas proteccionistas en ese rubro, Cuba siendo marxista - martiana permite la participación de capitales extranjeros y privados) creo que es necesario el revisar sin simulaciones el ordenamiento jurídico, político y social de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
No comparto el hecho de la simulación que ha venido sucediendo los últimos años, en que se le da la vuelta a la Constitución cambiando del listado de petroleoquímica básica a la lista de petroleoquímica secundaria muchos rubros para que puedan ser objeto de contratos de riesgo o de contratos de servicios múltiples por parte de privados. La simulación se da para saltarse ese hito histórico de 1938 en que el Gral. Cárdenas nacionalizó la industria.
No comparto la idea de la privatización, no comparto la idea de la empresa estatal

No quiero entrar mas a un debate del cual no soy experto, conozco poco, tengo mis juicios, pero a lo que quiero llegar es que tenemos la maldición del petroleo, es decir, tenemos riquezas en recursos no renovables y no sabemos como explotarlos, pero en el inter nos peleamos, nos rasgamos las vestiduras, nos enfrentamos en la lucha fratricida que viene desde 1808, (la cual ha tenido pocos momentos de paz social y de instituciones) tenemos la maldición de tener recursos excedentes del petroleo que subsidian la falta de capacidad nacional de recaudación fiscal, y generación de riqueza, tenemos la maldición de nunca ponernos de acuerdo, por que aun nos podemos dar el lujo de seguir debatiendo ideologías en lugar de trabajar necesidades.
La renovación de la política como espacio compartido de TODOS, nos urge a algo: dejar de ser simplemente habitantes para convertirnos en ciudadanos.
4 comentarios:
no hay tal abundancia si en el nombre ya llevaba la penitencia... aquello de los cuernos por algo era
era cosa del diablo...
Yo creo que uno de los problemas del debate público en México, y lo vemos claramente en el tema del petróleo, es que se lleva a cabo desde presupuestos ideológicos.
La ideología ciega; la ideología impone unos pesados anteojos que hacen mirar toda la realidad desde ella; la ideología tiene respuestas para todo porque ya antes construyó una visión del mundo cerrada, excluyente.
Se ha ideologizado al petróleo y se le ha convertido en una suerte de religión laica, intocable, repleta de dogmas, de posturas irrenunciables. Es paradójico que el Mesías Tropical y sus secuaces del FAP hayan tomado la tribuna para proponer un debate nacional sobre el tema, cuando ellos no están dispuestos a aceptar ni una coma que no se ajuste a su visión ideológica del petróleo. No puede haber diálogo cuando uno de los interlocutores ya cree tener todas las respuestas, todas las afirmaciones.
La política en México avanzará mucho cuando dejemos de lado las posturas ideológicas (también presentes, por ejemplo, en las feministas radicales que ideologizan un tema, como el aborto, que muy poco tiene que ver con la "liberación" de las mujeres y sí en cambio con los derechos humanos más elementales) y adoptemos un sano realismo inspirado en la propia naturaleza de las cosas. Hoy, muchos siglos después, necesitamos releer a Aristóteles y a Santo tomás.
Paradójicamente los recursos no renovables como el petroleo u otras riquezas naturales han demostrado a lo largo de la historia ser nocivos para el desarrollo integral de una nación ya que provocan la codicia y la lucha interna por quienes desean aprovecharse de ellos, son la manzana de la discordia que divide y desestabiliza.
Ahora lo vemos en México, un tema como estos no nos deja avanzar en otros rubros, paraliza al congreso y absorbe espacios haciendo parecer que no existe nada más. La gente olvida que existen países como Japón o Singapur donde nunca han gozado de riquezas naturales y aún así son capaces de atraer más bienestar que México y sus manantiales de petroleo y junglas de biodiversidad.
Nos queda poco tiempo para que termine la maldición del petroleo en México, ya es hora de ponerse a pensar como vamos a sustituir ese 40% del presupuesto y los miles de empleos que genera PEMEX; ojalá no se nos vuelva a hacer tarde.
A la verga el petróleo. Nomás ha servido para que unos cuántos tiren la hueva ¿y después qué?
Publicar un comentario