domingo, 19 de octubre de 2008

Carretera al sur.

Desde q tengo memoria he cruzado esa carretera, son poco mas de 75 km,uno deja los 2,300 metros de altitud que tiene la ciudad de México, y ya entrando al bosque de coníferas, pasando por donde el Xitle, antiguo volcán que cubrió de lava hace miles de años el sur del Anahuac, con olor a leña y fogón se rozan los 3,000 metros y el cielo en octubre es diáfano, y en invierno furtivamente la nieve llega a cubrir los parajes para la sorpresa de los habitantes de esta tierra de maíz y luego uno empieza a descender hasta llegar cerca de los 1200 metros, y las palmas y las buganvilias saludan, mientras el calor anuncia a la ciudad de la eterna primavera.

Siempre iba en el asiento trasero, ya no recuerdo cuando fue la última vez q compartí ese trayecto con mis hermanas, por ser mayores se zafaban de los fines de semana familiares cuando ya tenían buenos pretextos. La diferencia de edades hizo que muchas vivencias fueran casi las de hijo único.

Recuerdo, cuando niño que podía acostarme en el asiento trasero, y veía la tribu blanca de la nubes desfilar. A diferencia de mi mamá y ese gusto que afortunadamente le herede, mi papá no es melómano, para él daba igual q música escuchar siempre y cuando fuera "tranquilita" casi siempre sintonizaba "azul 89: el color de la música" o "universal stereo" que al entrar a carretera perdía la señal e íbamos en silencio o escuchando las platicas de mis padres.

Había veces en que inventábamos juegos de haber quien contaba más coches de un color o quién encontraba "x" cosa en el camino. Recuerdo también cuando salíamos los viernes por la noche rumbo al sur, y la carretera vacía, o los regresos en lunes en la madrugada para disfrutar al máximo esos días y me tenía que ir ya vestido y con mochila para entrar directo al colegio.

Recuerdo a papá, en esa época con su bigote, recuerdo esos coches cuadrados, los dos color vino, recuerdo a mamá siempre con su sonrisa y sus grandes lentes oscuros, y la luz dorada de la tarde asomándose por la venta.

Cuando la primera juventud, enfundado en el asiento trasero, con mi walkman, y mis cassettes de música me desconectaba de la plática. Mutis de adolescente.

Crecí y encontré buenos pretextos para distanciarme de esos fines de semana familiares. Aunque también compartí el asiento trasero con mis amigos, cuando aun ninguno manejaba y menos en carretera y nos íbamos con mis padres a Cuernavaca. Luego crecí y si bien aun acompañaba de vez en vez a mis progenitores, cada vez fue menos, aprendí a manejar, a tener mi agenda y mis viajes y de repente era yo quién manejaba al sur. De las miles de ocasiones que he cruzado esa carretera, solo una la he manejado con mi padre a la diestra, siempre me dice que baje la velocidad, pero solo él tiene la anécdota de que un policía de tránsito lo multó por ir en extremo lento jajajaja.

Paso el tiempo, y yo soy el que ahora viaja solo, surcando esa carretera tan conocida y creo q manejada en todas las circunstancias y horarios posibles, para ir a ver a mis padres, ahora el viaje al sur se anota en la agenda y se elige un fin de semana al mes apartándolo con la leyenda "papás".

Ahora fue distinto, ya no me podía acostar en el asiento trasero de su camioneta, la cual ya no es color vino, los Cd´s amenizan el viaje y no se si aun exista "azul 89", yo iba en el asiento trasero, en mi incapacidad post operatoria, de pasajero, reviviendo esos destellos dorados del sol que se oculta al oeste tras el Xitle y veía pasar la blanca tribu de las nubes.

9 comentarios:

Gabriela Bustos . dijo...

Que bonito Beto¡¡ se precen a los recuerdos que me cuentan mis hijos,que contaban cosas como cuantos autos azules ,o cuantos arboles de Pascua,en fin ¡¡,cuando eran pequeños y los llevaba a ver a su abuelita,al sur de Santiago como a 20 Kilometros,,despues como adolescentes tb buscaban pretextos .para que darse con sus amigos... y crecieron y manejan y tienen sus intereses ,sus amigos y sus "carretes" como se dice acá... y bueno uno tiene que empezar a hacerse transparente... cariños Gaby

Jo dijo...

cuantos recuerdos!, mientras te leia al unisono tu melomania atajada en el blog me hechizo.

de algun modo somos todo un bagage, creo que a mi se me ha olvidado palomear mis momentos felices y gratos, muchos fueron en carretera con esa clase de juegos que a la par buscaban distraerme o controlarme (desesperada siempre fui)

esto fue un balsamo vivificador a media tarde de lunes.


muchas gracias mi peaton hilarante

La Balada Despeinada dijo...

Que buen relato Beto, me trajo recuerdos propios de viajes con las mías...
Y creo por lo que escribes, de que disfrutaste mucho de regresar un poco el tiempo.
Saludos y espero q la recuperación vaya bien.

Micaela Hierro Dori dijo...

Con tus relatos conozco de mexico, y tambien conocer más de Beto mismo, pero tambien compartir recuerdos de niñez que trasciende fronteras. Para mi esos recuerdos los he tenido en las salidas de vacaciones, aunque en el asiento de atras eramos cuatro, peleandonos por el lado de la ventanilla para poder contar vacas, jugabamos a aprendernos si eran hereford, aberdeen angus, holando argentina o si nos ibamos un poco más al sur ovejas. Así como el que veía la primera palmera si ibamos camino al norte.

Jana dijo...

utss que recuerdos!!.. siempre ganaban los bochos rojos!

como va la recuperación,,, buena vibra para tí!

p.d.. te esta cuidando bien Tric verdad?? le encarge esa misión jeje

saluditos!

Unknown dijo...

Qué buenos recuerdos, me cae. Yo reviví las fantásticas batallas contra los indios ocultos en los montoncitos de paja... cuando se viajaba en una Combi que sabrá Dios qué fue de ella, cuando la piscina era honda y nos sentíamos grandes de alcanzar a rozar con los dedos de los pies el fondo...

DIANA-CHAN dijo...

jodeeeeeeeeeer
ami me encantaria conocer cuernavaca

...

como esta tu nariz?

DIANA-CHAN dijo...

yo se fue un buen dia.

tmb me hicieorn un regalo , una cervilleta de papel con tizas (o gises)blancos adentro , "esta bien" dije " tendre que empezar a pintar pilindrinas por todos lados"

pilindrinas o rayuelas

como mi libro faborito.

ahora tengo ke pintar bastantes
comenzare por el techo.lumpa

Betoman dijo...

Para mi la felicidad son pequeños instantes de vida, esos donde el tiempo se detiene por instantes y nos sentimos bien con lo que somos y donde estamos y con quién estemos... aunque sea ese instante.

Gaby: eso es! la transparencia, pareciera que todos traen agenda oculta, y nos perdemos grandes cosas simples de la vida por querer tapar el sol con un dedo. Cariños desde el norte donde ya comienza el aire frió y los cielos intensamente azules.

júbilo: creo q no es el atesorar los recuerdos, sino aprender de ellos, es decir, no los cargo para tenerlos conmigo, los vivo para hacerlos míos. Todos tenemos raíces, bagages, y tb en ingles "baggage" pero debemos de viajar ligero.

Arte: me ha sorprendido el ver a la vida como concatenación de sucesos que te llevan por distintos estadios o etapas; me explico, ahora puedo ver con nostalgia y gusto mi pasado, por q aprendí q es pasado y q es lo que yo soy. La recuperación va genial, como ya me llega mas oxigeno al cerebro ya no digo tanta tontera... o será al revés JAJAJA

Mica: uyyy entre 4? pues iban apretados no? jajajaja, que lindo a de ser salir por la provincia argentina, se me afigura tan disimbola y tan parecida a la de acá. Creo q esta equidad es una llamada más a la integración!

Jane: si, los bochos los descalificábamos por que el q los escogía siempre ganaba, había demasiados jajaja! Tric se ha portado bien, aprovechando la buena vida. Pensando ahora q ocurrencia le viene.

Doktor Freud: UFFF q te digo??? o cuando jugábamos Robotech JAJAJA!!! los paseos eran buenos.... q tiempos...abrazo.

Chan: pues vale la pena, tiene su encanto la ciudad. Yo quiero ir a Kino. colores.

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