jueves, 22 de julio de 2010

MÉXICO 2010


¿Por qué festejamos o celebramos nuestros cumpleaños?


En lo personal a mí me gusta hacer una especie de reflexión cada final de enero para ver en donde estoy a diferencia del año pasado, que parabienes y desventuras me ha traído el ciclo del año calendario que se cierra, compartir el momento con la gente que quiero y me quiere o simplemente con la que estoy transitando esa etapa del camino; es decir, celebrar que fui y el que soy.


Si bien cuando pequeño la fiesta de cumpleaños la decidían, organizaban y absorbías mis papás, al paso del tiempo y al adquirir la mayoría de razón (que no siempre se me da) yo modifique los usos y costumbres del tipo o modalidad de la celebración, al fin del día ¡es mi piñata, y yo hago lo que quiero! Ahora, al paso de los años mi razón y mi voluntad ordenan cómo, con quienes, donde y cuanto festejo mi fecha especial y me involucro en la medida que quiero hacer algo. Obvio que han existido ocasiones en las que no me apetece hacer algo, pero cierto es que hay fechas simbólicas o especiales que exigen actos y festejos para recordar.


Así creo que le pasa a los países, tienen en sus fiestas patrias las fechas de celebración y justificación del paso del tiempo y de su existencia soberana; en el caso de una Nación tan compleja y vieja como México, este año tenemos una fecha especial al celebrar el Bicentenario del inicio de la guerra de independencia y el centenario del inicio de la revolución. Si bien cada año el santoral cívico de la República nos ha indicado que los 15 -16 de septiembre son días de guardar, ya que son las fechas en que nos aflora el chauvinismo folklórico y sale el patriotero que solo se asoma cuando juega la selección de futbol, tenemos el pretexto idóneo para tomar tequila, cantar mariachi, comer en demasía tacos, pozole, sopes, tamales etc etc etc, además de ver como el señorpresidente en turno sale religiosamente a las 11 de la noche por el balcón central del Palacio Nacional y emula el grito de libertad del cura Hidalgo de 1810, y hace tañir la campana histórica, adjuntando la retorica circunstancial para que a cada interpelación el pueblo abarrotado en la plaza grite a todo pulmón de manera al unísona un “VIVA MÉXICO”


Existe la polémica sobre el tipo y los costos de las celebraciones oficiales, pero sin entrar a juicios de valor sobre estos temas, me parece que la mayor omisión es la de la sociedad civil. El adjudicarle toda la responsabilidad de los festejos patrios al gobierno se me hace limitado, pues automáticamente nos subimos a la voluntad de una pequeña parte de la Nación. Si bien las fiestas nos dan el chance de tomar más tequila que de costumbre, me parece el momento idóneo para preguntarnos después de caminar bajo el nombre y el concepto de México independiente por 200 años, ¿en dónde estamos? ¿Qué postulados o metas que se plantearon en ese momento hemos alcanzado? ¿Cuáles faltan? ¿Hacia dónde vamos?.


La mejor manera de celebrar el Bicentenario es ver hacia adelante, es rescatar las ideas y no las imágenes de los héroes de bronce, es entender el devenir del por qué y para qué estamos juntos como país, y sobre todo en estos tiempos turbulentos para la Patria, es dialogar para hacer por lo menos una ruta compartida hacia dónde ir.


Así como en lo personal vamos decidiendo cómo queremos celebrar nuestros cumpleaños, y nuestros padres pasan de ser organizadoras a invitados, la coyuntura del bicentenario nos da la oportunidad a la sociedad civil de discutir y realizar de otra manera el cómo queremos transitar estas fechas que pueden ser un parte aguas no solo de ciclos o épocas, si no de decisiones colectivas sobre cómo queremos vivir y coexistir en este espacio temporal que es México.


Discutamos México, Dialoguemos México, Propongamos México, ese puede ser el movimiento que pongamos en marcha al celebrar el bicentenario y el centenario, iniciar en este devenir cíclico un nuevo capítulo de una evolución donde quepamos los más, donde las ideas venzan a la balas, donde compartamos el folklore y el chauvinismo pero con el orgullo a la identidad y al proyecto compartido el tiempo y espacio que nos toca vivir.


Propongamos México; casa de más de 110 millones de personas, espacio de posibilidades y encuentros, orgullo de nuestro pasado milenario, esperanza de un futuro compartido.

3 comentarios:

Jana dijo...

me encantan tus post :D

La Balada Despeinada dijo...

Uuuuffff 100% contigo y es tan necesario, necesitamos sangolotear las mentes de los mexicanos, darnos cuenta que necesitamos otra Revolucion, pero de mentes..
Un abrazo amigo

HSR dijo...

Me quedó con la frase "Propongamos México"...no hay mejor forma de retratar a los que queremos una renovación en nuestra cultura que esta imagen que has construido en la mente con tus palabras.

Saludos.

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