martes, 20 de julio de 2010

El vaso medio lleno.....


En tiempos donde nadie escucha a nadie, en tiempos donde todos contra todos, en tiempos egoístas y mezquinos, en tiempos donde siempre estamos solos,[1], y cuando el trajín del día a día no nos permite el detenernos para pensar en lo que nos pasa, en lo que vivimos tan deprisa, siempre en la coyuntura, siempre olvidando el futuro.


Si bien, nuestro entorno se ha trastornado del que recordamos de la niñez feliz, ahora el reto de salir bien librados de la jungla que al parece es la sociedad es el pan nuestro de cada día, penitencia cotidiana de una vida de pobre calidad, de desenvolvernos en un medio donde lo último que importa es la dignidad de cada uno de los que conformamos el espacio público.


Al ver tanta realidad delante, solo me queda una opción. El querer ver el vaso medio vacío, o querer verlo medio lleno. Es decir, cada situación que la vida nos pone por delante tiene distintos desenlaces según la actitud y la visión con la que se abarque y se lleve, puede verse como aprendizaje para el perfeccionamiento del que se quiere ser, o simplemente; tiempo vacio.


Percibo que estamos en días nublados de ideas generosas y honestas, y es esa triste dinámica la que nos hace olvidarnos que nosotros somos los que nos negamos a ser generosos y honestos. Esa deshonestidad corrompe el espacio público, generando desconfianza, negando la posibilidad de que algo bueno pueda generarse o compartirse gratuitamente; es decir viendo el vaso medio vacío. Esto es un circulo perversamente vicioso, porque ese malestar colectivo puede crecer expansivamente y llegar a la depresión generalizada, llevandonos en consecuencia de manera colectivamente a simplemente “ver” la ausencia de posibilidades y de avances. Y sí bien esto es cierto y hay muchas carencias de mejores escenarios, la apatía y la acrítica no nos llevaran a un estadio mejor que el que ahora criticamos.


Es en la acción, en la generación de mejores condiciones generales para así mejorar en lo personal, pero a la vez, es mejorar en lo personal para mejorar en lo colectivo, cambiando el círculo y volviéndolo virtuoso; y esto no va más allá de la elemental elección racional del ganar – ganar.


Por eso, es tiempo de escucharnos, es tiempo de no estar en contra de nadie sino a favor de algo, es tiempo de ser generosos y honestos, es tiempo de dejar de estar egoístamente solos. Me parece que en nuestro días de tanto voyerismo de redes sociales y de tanta vanidad y curiosidad por las imágenes y las ideas sueltas, nos hemos olvidado de el SER de cada uno, de ese personalismo que nos distingue y nos hace únicos; hemos ido dejando de labrarnos en lo propio, en lo privado, para ir de manera más cómoda hacia donde van todos, aunque no se sepa a donde se dirige.


Pareciera que estamos en una constante “minoría de edad”, tal vez porque no somos capaces de responder por uno mismo, (y peor cuando actuamos en masa), pareciera que no queremos ser actores de la propia historia de vida, viendo de manera fatalista el vaso medio vacío de nuestra existencia, siempre delegando o dejan a un lado participación propia para que las cosas sucedan.


Yo solo sé que en este eterno presente, ser ocioso es un pecado que el tiempo no perdona, y frente a esta humana realidad, hay de dos opciones antes de empezar a complicarnos con temas más densos; como queremos ver el vaso, medio vacío o medio lleno; yo me quedo con la segunda......además así el viaje se vuelva más entretenido y más barato!


[1]Al lado del Camino; Fito Páez.


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