
su figura rechoncha por su amor a las butifarras y al jamón serrano se balanceaba al caminar en un ir y venir por el establo donde el escuálido caballo de su interlocutor reposaba sus huesos en la sombra.....
el hidalgo al verlo tan indeciso lanzó su primer ofrecimiento.
.- Te haré gobernador de una isla!!!! (exclamo con tono triunfal)
.- mmmm.... de que ínsula mi señor? (responde como cierto asombro el castellanito)
.- De la ínsula Barataria, donde serás llamado señor y tendrás toda la butifarra y embutidos que su merced desee!!!
............. y tendrás oro, y sirvientes............y .........
.- no se ofenda mi señor... pero y eso.... de que me sirve ???
Ofuscado Don Alonso, abrió tremendamente los ojos, y se dió cuenta que si aquel hombrecillo lo llegase a seguir, sería por que el amor a hacer camino de aventuras sería mas grande que el calmar a sus propios y humanamente persistentes instintos.
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